domingo, 18 de julio de 2010

EL JORDÁN TRADICIÓN ORAL


VEREDA EL JORDÁN

La siguiente narración es contada por el señor Mauricio Gallo Restrepo y la señora Mildred Mejía de 77 y 74 años respectivamente, habitantes de la vereda el Jordán desde hace 16 años.

"primero que todo esto era una trocha, no había carretera, los carros se quedaban pegados; habían tres quiebrapatas (barras de cemento o barras de tubos), para que el ganado no se pasara; estaba en construcción la casa de uno de los residentes de más prestigio, desde la central; sólo había una casa a la entrada, no existían las casas de la entrada, ni de la central; en vez de estas habían árboles y mucho monte; en la vereda no habían más que dos (2) casas a medio kilómetro de la central; y, al final de la vereda habían más o menos siete (7) casas, las cuales eran de bahereque, había una escuela, la cual era un rancho de pilares amarillos y de bahereque; el agua se iba a cada rato, había muy mal servicio de acueducto y el servicio de luz se interrumpía cada vez que llovía; hoy en día es excelente, en esa época habían muchos campesinos que cogían café, habían muchos productos del campo: banano, plátano, variedad de frutas y café, pero fueron abolidos casi por completo.

Vivían familias como los Marín, los Castro y los de don Gonzalo González, esta última familia todavía vive en la región, pero son hombres que trabajan en la ciudad.
En la actualidad con la aparición de la Virgen en la vereda fué pavimentada gran parte de la carretera.

El transporte ha mejorado notablemente, ya que antes no había bus urbano, las personas salían a pie o en caballo y esperaban que pasara algún transporte para llevar los productos del campo a la ciudad de Pereira, hoy en día ya se ha hecho gran parte de la autopista del café y hay servicio de buses urbanos, pero los productos del campo casi desaparecieron".

"La zona pues se ha vuelto muy visitada por los turistas y se ha convertido en un pequeño mercado de ventas callejeras para los turistas de la Virgen, sobretodo el último sábado de cada mes, en síntesis, la vereda se ha convertido en una mezcla de residencias, tugurios; y con la autopista del café fácilmente se pueden comprar todos los comestibles y algo de ferretería en la rapitienda de Guacarí de don Alí Gallego".

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